El programa de más alto rating de Bachelet

Hace aproximadamente dos meses fuimos testigos de un hito sin duda significativo en la historia chilena, que no dejó ajeno a persona alguna que con cierto criterio o simple curiosidad se internase en la política nacional. Me refiero obviamente a la pasada elección presidencial que arrojó un resultado, si bien predecible, de suma particularidad, como es tener sentada en el Palacio de Gobierno por primera vez a una mujer ocupando el cargo de Presidente de la República de Chile.
El objeto de este escrito no es hacer un análisis exhaustivo paso a paso de su campaña y su consecutivo triunfo, sino mas bien es poder mostrar, de forma generalizada, algunos motivos que la llevaron a ganar la segunda vuelta de las recientes elecciones, que a juicio nuestro, son los más relevantes. Si bien es cierto que su triunfo es sencillamente legítimo, pues nuestro sistema electoral establece el voto igualitario, donde todos los electores poseen el mismo peso, desde un punto de vista mas lejano, nos atrevemos a decir que no primó un programa de gobierno o un currículum de excelencia académica y vasta trayectoria política, como estábamos acostumbrados con los recientes tecnócratas o los antiguos políticos de viejo corte y de retórica pura, para poder ganar. Sino que esta elección se destacó por dos factores antagónicos, pero que sumados fueron más que el 50%, nos referimos a la imagen de marketing rescatada de los medios de comunicación, más una izquierda e independientes que sin asumirlo públicamente por quién fue su abanderado presidencial, Tomás Hirsch, optó por el “mal menor”. Todas estas ideas las detallaremos con mayor amplitud a continuación.

Todo programa de televisión cuando comienza una nueva temporada se prepara con nuevos aires, perfectamente ejemplificado en su escenografía, que si bien no viene a cambiar radicalmente su estilo, si se puede apreciar a simple vista una estructura renovada en detalles que lo hacen ver moderno y rejuvenecido. Así también sucedió con la nueva figura que ahora comanda el programa, una ex ministra que se dio a conocer de un momento a otro y se ganó el corazón de sus seguidores, no con grandes modificaciones a un antiguo sistema de salud colapsado y obsoleto, o la adquisición de los recordados F-16, sino por su carisma, cercanía y empatía con la gente, tanto con la clase media (mayor peso electoral en número de votantes) como con el sector popular y sectores minoritarios de la clase pudiente, por una sonrisa amigable, saludos cordiales y prestancia de persona fuerte, como lo representa en sus pantalones, un código visual que no hace mas que resaltar una imagen paternalista y que se contrapone a los resabios de una sociedad machista donde se cree incapaz que la mujer pueda cumplir ciertos roles (recordemos algunas declaraciones del ex presidente Frei) que estaban concertados en figuras masculinas, razones todas que la caracterizan hasta el día de hoy, como titulo algún pasquín recientemente: “Una líder cercana a las personas”. Este recambio, que se verificó espléndidamente en la forma, se vio reforzado además por una oleada de nuevos invitados a su programa, pues los nuevos miembros del gabinete que anunció en su campaña vienen a ser ejecutores originales de ideas ya plasmadas, así como la nueva modelo que contesta el teléfono para el concurso en vivo, que si bien es cierto es el mismo concurso, ahora el icono pasó de ser rubio a moreno, por lo que a simple vista deja ver una novedad: se repite la fórmula, cambia la forma pero no el fondo. Esto es sin dudad una gran creación de su equipo, pues estropeo completamente el argumento: “los mismos de siempre”, que se cansó de repetir la oposición.
Como todo espacio televisivo, podemos decir que intentó alcanzar cubrir una mayor cantidad de público con su contenido, pero que sin duda (y como lo han hecho todos los candidatos desde que se incluyó a la mujer en las elecciones) trató de dirigirse a la mujer como su público objetivo, pues siempre ha sido el voto fuerte, quien posee mas peso, y que mejor nexo con ellas que tener una madre, profesional y con grandes aspiraciones, que no es mas que la fiel representación de la mujer chilena, esforzada y que muchas veces da de comer a su familia. Es esa sección del programa la que mas inconvenientes tuvo, porque no sólo ella luchó por ese público, también lo hizo el otro candidato, pero como indican las cifras, con menores resultados positivos, debido a una constante lejanía con la población por verse como un tecnócrata multimillonario que pese a los intentos no convenció pues es un hombre de oficina, alejado de la casa, y que todo lo que tenía lo había ganado sobre la base de su esfuerzo, valor que sin más es el estandarte de la mujer actual.
Existieron invitados por montones que sin duda aportaron, quienes más quienes menos, a llevar este programa a su destino. Pero hubo uno que ayudó de sobremanera a lograr la meta, que gracias a las acciones desarrolladas en su período logró ganarse uno de los mayores porcentajes de popularidad para un presidente chileno, el reconocido Presidente Lagos, que jamás se vio fuera de la campaña, a pesar de desempeñar su cargo, y además prestó total respaldo a la antes candidata en todas las circunstancias que lo necesitó. Es sin duda la representación de la extensión de un gobierno con una gran aprobación popular.
Por último, y como gran apoyo no explicitado para poder superar en número ese 50%, nos encontramos con ese público que no gusta de la programación, pero que no tiene otra cosa que hacer en ese momento, y por lo tanto opta por ver lo que a su juicio es lo menos malo. Ese 5% a 7% aproximadamente descontento con el sistema pero que se manifiesta y que aspira a un cambio radical desde las bases es quien terminó por sepultar las aspiraciones del candidato Sebastián Piñera y lanzó al Palacio de La Moneda a Bachelet, y lo decimos en ese orden correlativo porque ese fue el razonamiento de ese grupo para manifestar de esa forma su opción de voto, primero, que por ningún motivo salga alguien de la derecha, y menos si es empresario de mucho dinero, y a contrario sensu, es la otra opción la que tiene que quedarse con la victoria en esa elección.

Por lo tanto, según todo lo que expresamos anteriormente, podemos concluir de manera sensata que la gente en estos tiempos, por su desilusión de la política, ahora aspira a buscar a la persona que le parezca mejor, o sea, votan por la persona y no por un plan de gobierno o por sus ideas, se centran en el quien y no en el que hará esa persona, lo que conducirá a que todas las campañas descansarán en construir “modelos” sobre la base de lo que la gente busca, lo que la gente quiera escuchar y ver, sin importar si realmente observan lo que les quieran entregar. Esta elección por lo tanto se encasilló en los esquemas que nos impactan por todos lados en el día de hoy en los medios de comunicación social, que que llevó a la perfección distintos puntos estratégicos de quién desea apoderarse de algo, como una simple campaña de marketing. En este sentido, Michele Bachelet se llevó todos los aplausos y pudo ganar el rating del estelar, pues fue quien mas se ajustó a las expectativas de sus “televidentes”, y por consiguiente, llevó el programa a su punto culmine, el sillón presidencial.